Habitualmente, cuando se habla de gestión empresarial, el foco del debate se centra en la dirección de las empresas y en como ésta toma decisiones estratégicas, gestiona a las personas, comunica, etc. Pero con esa misma frecuencia, tendemos a obviar, el que creo, un eslabón fundamental. Eso que he llamado el "eslabón olvidado de las empresas": los mandos intermedios.
Los mandos intermedios son el enlace entre la dirección y el resto de la empresa. Es habitual un grado de delegación elevada sobre ellos, caso contrario sería meros operadores (no estoy hablando de este caso). Ocupan esos puestos, con frecuencia poco valorados, en los que se combina estrategia y ejecución. No son alta dirección pero tampoco personal sin responsabilidades directivas. Conectan la dirección con el resto de las personas, la estrategia con la ejecución. Son una suerte de pegamento imprescindible para que todo funcione. Diseminan y ejemplarizan la cultura de la compañía (la real, no la escrita). Lo defiendo y digo incansablemente, las empresas son las personas, los equipos fundamentales. No debemos olvidarlo nunca.
Sin este eslabón, las empresas estarían cojas, incompletas. Huyendo de las etiquetas, cuando hablo de mandos intermedios, lo hago de forma casi conceptual, haciendo referencia no solo a los que ostentan el cargo sino también a esas personas que sin ser directivos (en el estricto sentido) mueven a las empresas. Un mando intermedio no lo es por el nombre de su cargo, es más amplio, desde mi punto de vista. Lo es por como logra que la estrategia empresarial se ejecute utilizando los recursos y personas que ponen a su disposición, y como logra que los esfuerzos que se integran en los equipos encajen sinérgicamente. Son esas personas que calificaría como "ejes" y que existen en todas las compañías (expresión que refleja muy bien lo que quiero decir y que escuché a Elena Méndez Díaz-Villavella en sus clases). Los "ejes" son esas personas generadoras de cambio y movimiento, energía pura para las empresas, frente a la "piezas" que se mueven a su alrededor. Aunque es un conjunto amplio creo que entiendes perfectamente de lo que hablo. ¿A que ya has identificado a más de uno a tu alrededor?
Los mandos intermedios son conectores. Y no solo desde el punto de vista interno. También hacia el exterior. Son también los que están en contacto con los clientes, los colaboradores y los proveedores. Encarnan la imagen de la empresa. Y este motivo por sí solo, debería ser suficiente para que los mandos intermedios fueran tenidos muy en consideración y valorados en consecuencia.
Del buen hacer de los mandos intermedios, depende la empresa en su día a día. Toman decisiones en tiempo real y son ejecutores (y ejecutivos) de la estrategia. Son los que en de verdad resuelven los problemas operativos y cotidianos, haciendo las vida de la dirección más tranquila y llevadera (aunque alguno sea un dolor, cierto). Planifican, organizan y controlan el trabajo.
Descubrirás a los mandos intermedios que estoy describiendo por las siguientes características:
1. Funcionan como pequeños líderes en la empresa
2. Son un ejemplo de la cultura corporativa
3. Los verás siempre intentando mejorar algún aspecto del trabajo
4. Suelen ser algo "molestos" porque cuestionan la forma habitual de hacer las cosas
5. Tienen un grado de compromiso muy altoInvertir en mandos intermedios es una excelente manera de fortalecer a las empresas y el mejor vivero de futuros directivos... claro que esto puede dar miedo a algunos, algo que nunca entenderé.
Si después de leer esta entrada, aún no te he convencido de la importancia de los mandos intermedios, identifica a los de tu empresa, elimínalos y dime, ¿seguiría funcionando igual? Si has respondido que sí... ¿estás seguro que esos mandos intermedios son tales?
En definitiva, este es mi alegato a favor de la figura del mando intermedio. ¿Estás de acuerdo?
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