Empresas mezcladas, no agitadas

Las empresas, deberían estar justamente al revés que el Vesper del archiconocido James Bond: mezcladas, pero no agitadas. Mezcladas para conseguir empresas mejores, más competitivas, más consistentes. Agitadas, mejor no, porque desestabiliza. Pero esto no es fácil, ni de crear ni de gestionar. Acompáñame en mi reflexión.

La experiencia me dice que los mejores resultados, en cuanto a calidad, consistencia y aprendizaje los he tenido en proyectos en los que había una mezcla de culturas y disciplinas amplia. Realmente, con estas dos únicas características, el caos ha sembrado la semilla para convertir el proyecto (la empresa) en algo ingobernable. Desde luego. Se requiere además que las personas entiendan esa combinación una forma de enriquecimiento y estén abiertos al diálogo y entendimiento. Y, también se necesitan, directivos valientes y eficaces capaces de liderar un equipo o empresa de estas características. Aunque creo en las organizaciones planas, también defiendo la existencia de algún guía o agente que integre personas.

Complicado, sí. Pero convencido de las ventajas de conseguir el encaje.

Se necesitan empresas y equipos transversales, diversos y permeables. Tres adjetivos que deberían estar en el vocabulario práctico de toda empresa que aspire a mejorar. Ello permite adquirir unas capacidades excepcionales para afrontar los nuevos retos, plantear propuestas innovadoras y en definitiva, para competir mejor en el mercado y obtener, también, mejores resultados.


TRANSVERSALIDAD

¿Qué es la transversalidad? Voy al diccionario de la Real Academia de la Lengua y dice: "Cualidad de transversal". ¡Siempre caigo en la trampa! Transversal:

Me quedo con la segunda o la quinta acepción. En esencia, lo que quiero destacar es la idea de salirse de la línea principal, tomar distancia respecto de lo que parece el tronco y concreto y promover la multidiscplinariedad integrada. No consiste en irse por las ramas, pero si dar cabida a nuevas ideas que aunque, distanciadas del foco, siempre ayudan a mejorar el resultado. Es necesario y  enriquecedor, tanto en lo profesional como en lo personal, saber, leer y aprender sobre temas que nada tienen que ver con lo que uno hace habitualmente. Te sorprenderás de las nuevas perspectivas que se abren y como se conectan ámbitos que podrían parecer muy lejanos. Cuanto más cercanamente he trabajado con personas de otras áreas, mejor me lo he pasado y más he aprendido. Se produce un crecimiento personal y profesional exponencial y es una experiencia única muy valiosa.


DIVERSIDAD

Si la transversalidad es desviarse de la dirección principal, la diversidad es adoptar la diferencia como algo positivo:

Y lo es. Maneras de pensar muy diferentes, aportan visiones muy diferentes. Equipos culturalmente diferentes integrados adecuadamente, llegan a soluciones mejores que las que se obtendrían independientemente. Equipos en los que personas de operaciones, proyectos y explotación se integran, son excepcionales. Es algo que me ha demostrado uno de los últimos proyectos en los que he estado involucrado. No es una bonita forma de pensar, es algo que he vivido y que la experiencia, tozuda ella, me demuestra.


PERMEABILIDAD

Esta característica, es fundamental porque es el elemento que realmente confiere la consistencia:

Daría bastante lo mismo, tener un equipo diverso, una empresa diversa con personas y forma de funcionar transversal, sin la capacidad individual de ser permeables. Es una cuestión que mucho tiene que ver con la voluntad. De poco vale dar todas las facilidades si finalmente las personas deciden no dejarse influir, en el mejor sentido del verbo, por los demás. Sería inútil. Porque no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni sordo que el que no quiere oír. Las personas tienen que querer escucharse y aprender unas de las otras. Abre la perspectiva y enriquece escuchar a los demás.




Transversalidad, diversidad y permeabilidad. Sí, en definitiva equipos multidisplinares, empresas multiculturales y personas permeables. 

Empresas con políticas que animan a las personas a trabajar en diversas áreas (requiere de visión a largo plazo), con movilidad interna. Empresas en las que se crean redes de conocimiento internas muy valiosas, sin necesidad de la formalidad procedimental... De ahí nace la innovación. Y las mejores propuestas. Lo he vivido en el trabajo y  lo he vivido en el ámbito académico. A más diversidad, mejores soluciones. A mayor conexión, mejor información. Se crean capacidades únicas, base de la ventaja (competitiva). Porque, las empresas son muy humanas. Tienen vida pero hay que alimentarla.

Pero como adelanté, se necesitan personas con la capacidad de liderar y gestionar esta poderosa combinación. Porque gestionado adecuadamente, el potencial es tremendo. Por el contrario, lograr la mezcla y no contar con el catalizador adecuado, peligrosísimo. De ahí la importancia de las figuras directivas: directores generales, directores funcionales, project managers, etc. Cada uno en su nivel y según su organización, pero son figuras clave. 

En ocasiones, yo el primero, nos quejamos de la escasa productividad de estas personas: "¡Si es que no hacen nada!". Y no digo, que en algunos casos sea así de verdad. No obstante, con el paso del tiempo, me doy cuenta que su labor no es "hacer", es lograr que los demás hagan y en las mejores condiciones: resolviendo conflictos, proporcionando herramientas, integrando soluciones, gestionando cambios, etc. Trabajos muy virtuales pero esenciales.

En culturas anglosajonas, cabe la posibilidad porque así es casi obligado en un determinado momento, optar por progresar profesionalmente por la vía técnica o por la gestión. Y no se entiende una como mejor que la otra. Porque no lo son. Ambas son importantes. Quizá sería un aspecto a considerar en culturas más latinas o mediterráneas.

Hay muchas maneras de favorecer la transversalidad. Es sencillo, lograr diversidad. Es más difícil la permeabilidad, hay que favorecerla, no matarla. Pero lo que es un reto es integrarlo todo, mezclarlo adecuadamente y que no explote. Merece la pena intentarlo, ¿no crees? ¿Conoces algún caso de primera mano?