¡Saltó la noticia! Sí, y después la contraria y ahora parece que vuelve a ser la primera. Vaya lío se ha montado con la decisión de Whatsapp de cobrar (o no) una cuota anual de 0,89 € por el servicio de mensajería instantánea en terminales con sistemas operativos diferentes a iOS. Voy a intentar aclararme pensando en alto. Quizá me puedas ayudar.
También es cierto que lo que hoy es un revuelo, mañana ni se hablará de ello, porque actualmente devoramos información y las fechas de caducidad son bastante cortas.
El problema, creo yo, viene por dos circunstancias:
1. Hay alternativas que siguen siendo gratuitas
2. No se valora el servicio prestadoY es que, cuando algo es gratuito la tentación de no darle valor, es muy alta. Porque, nos guste o no, el precio posiciona y es un referente en nuestra mente. Quizá lo que subyace a todo este jaleo no es otra cuestión más que, en realidad, los usuarios no valoramos el servicio que Whatsapp nos ofrece y que Whatsapp no deja de ser, por tanto, un commodity para el que hay alternativas que competirán mejor en precio: cero. Como muchas otras veces, el problema es el (no) valor que damos a los productos y servicios.
Por otro lado, Whatsapp parece no haber calibrado demasiado bien las consecuencias de su decisión. Rápidamente, por todas partes, hemos sido bombardeados con alternativas a Whatsapp. Desde la opción japonesa Line que ha arrancado fuerte con un anuncio protagonizado por Hugo Silva y Michelle Jenner (creo que el primero que veo en televisión relativo a servicios de este tipo) a la opción española Spotbros que se ha destacado con su "siempre seremos gratis". Eso sin olvidar que Skype, Tango o Viber, en gran medida, se asemejan bastante a las opciones anteriores. De hecho cualquiera de ellas, es más que mensajería instantánea. Se han dormido y no es un sector para ello.
Pero volviendo al caso Whatsapp, ¿qué ha hecho mal? Creo que varias cosas:
1. Ha gestionado muy mal la comunicación. Primero que sí, luego que no, luego que solo temporalmente sería gratuito. Demasiada información cruzada, que no han podido o sabido dirigir.
2. Ha establecido, si son ciertos los rumores que corren, una discriminación que ha molestado a los usuarios. Sobre todo a los que han pagado y después se han enterado que a otros, se les ha renovado el servicio gratuita y automáticamente. Y parece que no ha habido tampoco un gesto para solucionarlo. Si mal está errar, peor no rectificar.
3. Se ha dejado comer el terreno por otras empresas, que llegaron después, al menos a España e incluso Europa. Este punto se me hace especialmente importante.Pero, no va a ser su final, seguro. Si algo tiene muy potente Whatsapp es su posicionamiento. Cuándo se habla de mensajería instantánea en móviles, ¿en quién piensas? Y si te pregunto por Whatsapp, ¿a qué lo asocias? Es como el pan de molde y el Pan Bimbo o la placas de yeso laminada y el Pladur. En los tres casos, una marca se ha hecho con el nombre genérico del servicio o producto. Eso, es una ventaja brutal que hay que saber explotar. Y que creo, simplemente, se han aprovechado de ello sin exprimirlo ni potenciarlo activamente.
Quizá se creyó muy fuerte y lanzó un órdago al que creía no habría respuesta y se equivocó. Quizá, el modelo de negocio "freemium", tal y como lo tienen planteado no sea todo lo rentable que les gustaría y han optado por lo aparentemente fácil, porque (hablo de España, al menos), y sin saber los datos de cuota de mercado, conozco pocas personas que tengan otra aplicación de mensajería instantánea en sus teléfonos móviles. Además, siguen siendo muchos los usuarios de iPhone para los que la aplicación no fue gratuita en su adquisición y se mantendrán con ella. Ya es una más que interesante masa crítica.
Tal vez, Whatsapp se ha dado cuenta de que tiene que pivotar su modelo y hacerlo más consistente. Con un servicio "freemium" es muy difícil ser sostenible. Y también, siendo considerado un commodity. Quizá deba pensar en desarrollar un servicio "premium" para sacar partido a su aplicación más allá de las compras de dispositivos iOS u otras posibles alternativas para obtener una fuente de ingresos real y duradera.
Mi opinión, es que la barrera de salida para dejar Whatsapp, al menos de manera inmediata, es psicológicamente alta y no hay motivos suficientes para abandonarla. No creo que vaya a darse una salida masiva de usuarios de Whatsapp hacia otras aplicaciones, por varios motivos:
1. Inercia y dudas al aislamiento. No me cambio porque no sé si mis amigos se van a cambiar. Pues ya que estoy, para qué... Ya veré más adelante.
2. Porque finalmente, 0,89 €/año, no es ni mucho menos una cantidad exagerada para una aplicación. Será un impulso agradable para las cuentas de Whatsapp (a mi cuando me hablan de alguna decena de millón de euros siempre me parece mucho, claro).
3. Porque nos gusta y me incluyo, quejarnos, pero ya sabemos eso de "perro ladrador..."Whatsapp debería aprender la lección y no relajarse, porque en el sector en el que está compitiendo, el que se despista, pierde la silla y se queda de pie. Y un rato está bien, pero toda la noche... acaba cansando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario. No existe moderación alguna, por lo que todo comentario será un regalo. No obstante, si el contenido del mismo resulta ofensivo o carece de vinculación con las entradas, me reservo el derecho de eliminarlo.