24 marzo 2013

Un caminero...¿hablando de marketing?

Hace unos días, alguien me preguntó que por qué alguien con una trayectoria tan aparentemente alejada del marketing le interesaba tanto esa disciplina. Porque, es verdad, soy ingeniero de caminos. ¿Y que tendrá que ver eso con el marketing? ¿Por qué me gusta el marketing? Pues se lo voy a explicar.

Mi interés por el marketing (y la estrategia de la que me cuesta separarlo) nació en 2011, al conocerlo en el MBA que cursaba. Hasta ese momento, para mi marketing era sinónimo de publicidad. ¡Vaya sorpresa que me llevé! Sí, la publicidad es parte del marketing pero solo una minúscula proporción, aunque con mucha exposición.

Poco a poco a lo largo de ese año, fui conociendo más detalles y entresijos del mundo del marketing y así, fui acercándome a esta maravillosa disciplina. Cada vez le dedicaba más tiempo: las clases, artículos, blogs, libros... No me cansaba (ni me canso) de seguir descubriendo nuevos temas y matices de este mundo.

Fue un año en el que mi vocabulario se enriqueció. Además de fundición, acero, PVC, PRFV, soldaduras, resistencia, transitorios, pérdidas de carga, depósitos, hormigones, válvulas de mariposa, retención, sostenedoras, reductoras... empecé a hablar de posicionamiento, USP, propuesta de valor, segmentación, DAFOs, mapas de posicionamiento, extensión de línea, packaging, mix, pricing y otros palabros, que a mí como ingeniero me sonaban propias de lenguas extrañas, en el mejor de los casos.

Sencillamente, me enamoré. Soy un tipo curioso, me gusta observar y descubrir y quizá esa fue la clave. Encontrarme un mundo tan próximo a todos nosotros pero que era tan desconocido para mi. Tan cerca y tan lejos.

Pero también me di cuenta, que estos dos mundos tan aparentemente separados, tenían muchos puntos en común. Datos, muchos datos, presupuestos, planificación, gestión de equipos, desarrollo de proyectos, gráficas, tablas, ¡excel!... Y mucho, mucho análisis y trabajo que no se ve. Y la necesidad de la coherencia. Al igual que un proyecto debe ser coherente en forma y fondo, un plan de marketing también. Y eso sin olvidar, que en una empresa de ingeniería vende, compra y hace trabajo comercial, tiene clientes... Como ves, una gran cantidad de similitudes y eso ya, acabó de conquistarme.

Finalicé el MBA pero la fiebre marketiniana, lejos de reducirse, se incrementó. Sigo con mi "rareza". Leyendo mucho, muchísimo, aprendiendo, formándome, asistiendo a eventos específicos y empapándome de la esencia del marketing. Hasta me animé a lanzar mi propio blog donde el marketing tiene un destacado protagonismo. ¿Todo teoría? No, también algo de práctica real. Era necesario. He tenido la oportunidad de colaborar con una empresa gallega de bebidas para un plan de marketing estratégico. Experiencia más que satisfactoria.

Y esta es la historia del gran interés que un caminero tiene por el marketing. Desde luego un área apasionante, con la que disfruto muchísimo y con la que espero poder disfrutar cada día más. Hay marketing allá por donde mires, solo tienes que fijarte. ¡Anímate al marketing!


Nota: esta entrada ha sido publicada en marketingstorming.com, un blog del que ya te he hablado en alguna ocasión. Poco a poco está cogiendo fuerza y como era de esperar, con un contenido muy recomendable si te va esto del marketing. Pásate por allí, te gustará.

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