El
emprendimiento está de moda. Pero lejos
de ser una moda pasajera se convertirá en una necesidad, si no lo es ya,
para todas aquellas empresas que quieran seguir liderando sus sectores y buscar
nuevos motores de crecimiento. Emprendimiento
y empresa estarán necesariamente unidos en el futuro inmediato, a través del
intraemprendimiento.
En
los tiempos líquidos que vivimos, donde nada permanece durante largo tiempo, las empresas han de reinventarse de manera
constante por una mera cuestión de supervivencia. En este proceso de crecimiento
y reinvención, las empresas pueden optar por acudir al exterior, otear el
horizonte y crecer inorgánicamente a través de compras y fusiones, como se ha
hecho tradicionalmente pero también
pueden sacar partido de una manera mucho más eficiente y ventajosa a sus
propios recursos.
En
las organizaciones existe talento, quizá lo que ocurre es que hasta ahora no lo
hemos sabido gestionar. Un talento que en el marco de incertidumbre, fuerte
competencia y escasez de recursos es, si cabe, más importante potenciar. En este punto, empresas y emprendimiento se
dan la mano a través del denominado intraemprendimiento. En la reciente jornada
impulsada por Think Creative, se trató precisamente este tema en
profundidad.
El
intraemprendimiento se vislumbra como una manera eficiente de abordar el
crecimiento empresarial aprovechando los recursos ya disponibles en las empresas.
En las organizaciones hay talento, sin embargo, con frecuencia, las prisas del
día a día o la propia inercia impiden sacarle partido. Pero además, el
intraemprendimiento representa una forma
de crecimiento apalancado en la
innovación.
El
emprendimiento, en general, está ligado a la innovación, casi por definición.
Las iniciativas emprendedoras que triunfan detectan problemas y necesidades de
los clientes pobremente resueltos o sin satisfacer, y buscan soluciones
integrales para dar respuesta a las mismas, constituyendo una fuente de nuevas oportunidades de negocio. Además, las startups
son muy ágiles y poseen, por su propia naturaleza y cultura, un carácter que
favorece la innovación y la natural gestión de la misma.
Ambas
vertientes, gestión de la innovación y cultura, son replicables y accionables en
las empresas consolidadas consiguiendo que nuevas iniciativas surjan desde
dentro de las organizaciones para constituir nuevos motores de crecimiento
empresarial.
Volviendo al marco de volatilidad en el que
las empresas operan en la actualidad, la
única manera de mantener una ventaja competitiva, entendida desde la
transitoriedad de acuerdo a las teorías de Gunther McGrath, es mediante la innovación.
Las empresas han de articular mecanismos sistematizados para la reinvención de sus modelos
de negocios y para la creación de los que mañana serán sus negocios clave.
La competencia ha dejado de producirse a través de los productos o servicios
“per sé”. En la actualidad las empresas compiten a través de sus modelos de
negocio. Un salto cualitativo donde la innovación restringida a un mejor
producto, entendido en términos de sus atributos básicos o suplementarios, es
esencialmente insuficiente para competir.
Nadie mejor que la propia empresa espoleada
por su talento interno y en un entorno propicio para ello para descubrir nuevas
maneras de satisfacer necesidades, problemas o buscar formas de realizar los
trabajos de los clientes de una manera mejor y diferente. Nuevas soluciones que sin duda generarán, en consecuencia, nuevos
negocios.
Personas adecuadas y
procesos diseñados convenientemente, facilitan la generación interna de nuevos
motores de crecimiento para unas empresas que podrán, desde dentro, generar
valor a sus clientes de una forma más eficiente.
Las empresas, con
recursos disponibles habitualmente mayores a los de una stratup, y un espíritu
emprendedor imbuido en la organización, son una combinación perfecta para garantizar
la sostenibilidad de una secuencia temporal de ventajas competitivas, en forma
de múltiples modelos de negocio nacidos en el seno de la empresa. Las empresas han de disponer, no un modelo
de negocio, sino de un portfolio de ellos para que en ningún caso el
agotamiento de uno de ellos resulte crítico. Es la mejor manera de que las
empresas dispongan del próximo modelo de negocio antes de que el actual
caduque. Y eso pasa primero,
necesariamente, por innovar y en segundo lugar, por hacerlo internamente de una
manera más eficiente.
¡Larga vida al intraemprendimiento!
Fotografía: Delfinario de Palmitos Park. Gran Canaria Bajo Licencia CC BY-SA 2.0
NOTA: este post fue escrito originalmente para Think Creative y publicado en su blog "El intraemprendimiento o cómo innovar más eficientemente"
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