28 mayo 2014

Retos de la innovación social

Con los años me estoy volviendo más sensible con los temas sociales. No es una cuestión de derechas ni de izquierdas aunque parezca que el bi-pensamiento imperante en este país al menos nos lleve a pensarlo. Es una mera cuestión humana, ya que en definitiva es lo que somos, personas.

Cada día me interesan más las personas y cómo lo que hacemos, lo que las empresas hacen y lo que no hacemos ni hacen nos afecta. Y también los problemas que tenemos y si hay algo que podamos hacer. Y lo hay. Y con este creciente interés y preocupación por los temas sociales a medida que voy cogiendo experiencia en la vida (que no haciéndome viejo, que quede claro) y en lo tocante a temas recurrentes en este blog, la innovación (que por definición es social, porque es por y para las personas, no hay otra) y el design thinking asumen un papel protagonista. Creo que es debido a este cada vez más acusado interés por lo social, mi acercamiento a estos dos temas que además derivan y aplican a campos diversos.

Porque la innovación es fundamental como concepto, motivación y como aplicación para mejorar las condiciones de vida de todos nosotros, mejorar nuestras experiencias y resolver problemas serios mediante soluciones que no existían. Y el design thinking o pensamiento de diseño porque permite una aproximación al planteamiento y resolución de retos poniendo a las personas en el centro, y por tanto, es un enfoque 100% humano orientado a la resolución de desafíos, a menudo, poco concretos y por ello más interesantes.

Pero centrándome en este mundo de la innovación (social), hay algunos aspectos que merecen ser atendidos y mejorados. Aquí, algunos de los retos que pienso deben afrontarse para que la innovación (social) tome definitivamente el impulso necesario:
1. Mayor cooperación y diálogo entre los agentes sociales implicados. Solamente con la integración de los intereses de todas las partes implicadas es posible el éxito de la innovación social. Una gestión adecuada de stakeholders es fundamental. Además la tecnología y las redes sociales han abierto un abanico de nuevas posibilidades antes inimaginables para integrar y hacer partícipes a todos los actores. Esta cooperación y diálogo permitirá encontrar soluciones que maximicen el beneficio de todos, sin necesidad de compromisos que limiten el de algunos.
2. Explicar, entender e interiorizar que la innovación social, el bien común y las empresas nos son términos incompatibles. Existen las llamadas empresas sociales o empresas B, que nace con un propósito firme e inspirador que guía la actividad con un claro foco en las personas, el impulso del cambio social y la mejora de las condiciones sociales y no en los beneficios económicos (que también los tienen). Estas empresas han de crear fuertes culturas entorno a su misión y propósito,.
3. Es necesaria la profesionalización de la innovación social. Es importante dar un paso de este modelo hacia un modelo profesionalizado y con equipos diversos que si bien compartan el sentido social de su labor, no necesariamente provenga del campo social. Es la única manera de afrontar los problemas con visiones diferentes que seguro traerán soluciones mejores. El mundo de la empresa tradicional, en cuanto a las herramientas que durante décadas ha desarrollado y usado, tienen cabida en el campo de la innovación. La innovación social hay que entenderla desde la transversalidad y diversidad para dotarla de complemetariedad. Además, esta profesionalización pasa necesariamente por hacer de la innovación social y sus organizaciones impulsoras, algo sostenible e independiente, en la medida de los posible que debe llegar al máximo, de las ayudas públicas. Nuevos modelos de negocio, que con foco en lo social, generan ingresos capaces de mantener la actividad como única vía para en el medio plazo para lograr el propósito que se propongan.
4. Uno de los grades retos de la innovación social es lograr una correcta monitorización, medición y evaluación de los resultados, de su impacto. Solamente de este modo seremos capaces de ver el retorno de la actividad. Un retorno que no tiene que ser necesaria y únicamente económico. Por ello, es totalmente imprescindible crear, desarrollar y fortalecer una “contabilidad social” que permita detectar los éxitos y fracasos para permitir aprender y mejorar. Algo similar a lo que Eric Ries dice sobre la contabilidad de la innovación, pero aplicado en concreto a lo social.
5. Si las personas son el elemento central de la innovación (social), es de especial importancia la captación y retención del talento. El problema surge cuando la existencia de una, aún muy  importante, diferencia en los salarios económicos entre las empresas sociales y las tradicionales. Solamente, el salario emocional o social puede compensar esta diferencia a día de hoy. Todavía estamos totalmente inmersos en un mundo donde lo económico prima. De ahí la importancia de que las empresas sociales sean sostenibles para permitir pagar, además de salarios emocionales, salarios económicos, al menos, competitivos.

Algún reto se queda seguro en el tintero, y quizá alguno no te parezca tal. Quizá con vuestros comentarios podamos mejorar y completar la lista. Al menos que nos sirva para pensar.

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