23 abril 2014

La importancia de un cliente: lecciones de Suso

A estas alturas de la vida, no se nos escapa a nadie que para un negocio el cliente es su vida. Tanto que sin clientes, no hay negocio. Es tan evidente que a veces la realidad, tozuda ella, nos demuestra que hay algunos que no lo tienen claro, bien porque el negocio no es suyo, bien porque nadie se lo ha explicado, bien porque parece darles igual. Pero hoy, lejos de malas experiencias, comparto con vosotros una positiva que me hace especial ilusión.

Esta pasada Semana Santa, me dejé caer por mi tierra, por Ourense. Una Semana Santa tranquila con un tiempo excepcional (sí, en Galicia no siempre llueve, ni mucho menos), con la familia, con los amigos y cultivando hábitos de casi toda la vida. Entre ellos, cayeron unos cuantos pinchos, tapas y raciones por la zona vieja. Por cierto, pequeña pero preciosa... con total objetividad :-)

Por supuesto, nos pasamos por uno de los locales que solemos frecuentar los amigos desde hace más de una década. Un lugar para nosotros acogedor, quizá poco lujoso y glamuroso, pero donde nos tratan (y tratan a todo el mundo) como si fueran casi de la familia. Creo que en ello reside su éxito y nuestra fidelidad. No sé si Suso, quien lleva ahora el local relevando a sus padres, sabe exactamente cual es nuestro valor de vida o si lo ha calculado, y posiblemente ni falta que le hace. Trata a sus clientes siempre de buenas maneras sea cual sea la hora, mediodía, tarde, noche o madrugada... y posiblemente no siempre le será fácil, os lo aseguro. Pero ahí está, siempre una sonrisa amable, siempre un alegre saludo al entrar y salir, un comentario agradable. Con su pared de fotos, postales y recuerdos que sus clientes habituales le envían cuando viajan. Y lo hacen porque quieren. Ha creado una comunidad con el paso de los años totalmente entregada. Y eso que locales para picar, tomar una caña o una copa en esa misma zona, hay uno cada tres metros de calle. Y más elegantes, también, pero Suso lo tiene muy claro: el cliente es el rey.

Que por qué lo sé. Veréis. Vuelvo a esta Semana Santa. Un amigo que vive en Ourense, me contó una anécdota que le ocurrió con Suso. Se lo encontró por la calle con su hija y se saludaron. La hija, le contó al día siguiente Suso a mi amigo, le preguntó:
- Papá, ¿quién es ese señor que te saludó? 
Y Suso, le contestó:
- Ese señor, es el que paga tu colegio.
A mí, además de sacarme una carcajada me hizo comprender definitivamente donde está el éxito de ese local, el éxito de Suso. También de los negocios del día a día se aprende y mucho.

Así que o mucho cambia la cosa o Suso y su local tienen clientes para largo. Nos vemos en el "París".

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