29 septiembre 2013

Innovación "pata negra": el hipporoller

El miércoles pasado tuvo lugar la primera edición de #TcInnovación, organizada por Territorio Creativo, una empresa que merece ser seguida por como interpretan y reinterpretan el marketing a través de los medios sociales. Fue un evento que yo seguí por streaming (que gustosamente enlazo y recomiendo), del que en el propio blog de Territorio Creativo podéis leer un breve resumen. Un evento de una mañana que dio para mucho, donde se abordaron temas muy interesantes y se hicieron reflexiones y expusieron casos reales de innovación. Pero no es el objeto del post, hacer un resumen del evento, sino destacar un ejemplo que salió en la presentación que Sergio Álvarez (@saleiva), fundador y líder de diseño de Vizzuality, utilizó al inicio de su presentación: el hipporoller.

¿Qué es el hipporroller? Un artilugio consistente en un bidón plástico al que se le incorpora un varilla metálica que además de atravesarlo, sirve de agarradera. Una especie de rodillo con un tambor plástico. La imagen que tenéis a la izquierda creo que será más útil.

Me pareció un ejemplo magnífico de innovación, que además está muy relacionado con el agua, ya sabéis, mi otro mundo.

En el mundo hay una gravísimas deficiencias en cuanto a acceso de agua potable y saneamiento, que combinadas supone la proliferación de enfermedades y graves problemas sanitarios causantes de numerosas muertes, siendo además especialmente preocupante en el África subsahariana y sudeste asiático. Casi 800 millones de personas sin acceso a agua potable (un 12% de la población mundial) y 2.600 millones sin adecuados sistemas de saneamiento (un 40%). Además en muchos casos, las fuentes de agua potable se encuentran alejadas de los núcleos de población lo que obliga a las personas, generalmente mujeres y niños, a realizar importantes trayectos para su captación. Se dice que, de media, caminan unos 6 km al día lo que supone unos 200 millones de horas en transporte humano de agua. No sé si a ti te parece mucho o poco, a mi me parece una barbaridad. Primero por la distancia, porque ese trayecto se hace con el peso de una garrafa o cubo de ¿6, 8 15 kg? en la cabeza. Y segundo por las horas dedicadas: 200 millones de horas diarias. Comparaba en su presentación Sergio Álvarez, que con esas horas se podían haber construido 40 y pico Empire State Buildings.

Ya nos hacemos una idea. En realidad todavía no. Los problemas no son solo los aparentes y ya citados. Como apuntaba, este transporte de agua conlleva además un claro sesgo de género y edad: son las mujeres y los niños los que lo realizan. Ello supone que las mujeres, además de atender a la familia, el huerto y su casa (sí, así son muchas de las sociedades en África) tienen que ir a por el agua. Pero si no, serán los niños. Niños que mientras van y vienen no acuden a los colegios, entrando así en un círculo vicioso del que difícilmente se podrá salir. Una vez más, agua y sociedad, íntimamente vinculados. Y espero que se quede ahí, porque ya os podéis imaginar de dónde vendrán las futuros conflictos si el agua escasea. Ni por el oro, ni por el petróleo ni por los diamantes, será por el control del agua.


Bueno, y entonces, ¿qué hacemos? Venga saco al ingeniero que llevo dentro y aplico fórmulas tradicionales: captación, transporte por tubería y listo. Ya, pero eso requiere de inversión, maquinaria, tecnología... en definitiva, muy caro para unas economías bastante maltrechas. Pero ahí estaban los señores y señoras de hipporroller.

Una innovación en toda regla: un solución sencilla que resuelve un problema real. En lugar de llevar el agua en la cabeza, la hacemos rodar usando para ello el propio recipiente. ¡Sencillamente maravilloso; maravillosamente sencillo!

Por un lado el hipporoller permite incrementar notablemente el agua transportada en cada viaje (hasta 90 litros), lo que hace disminuir el número de viajes necesarios y por tanto, ahorrar tiempo. Además, libera del peso a las cabezas, haciendo el transporte mucho más sencillo. Y está adaptado al terreno, porque de no ser ser plástico o bien pesaría mucho o se rompería con facilidad... los caminos es lo que tienen. Y no podemos olvidar el impacto social. Las mujeres se liberan parcialmente, los niños vuelven al colegio e incluso los hombres asumen la labor de aguadores (al menos, eso dicen). 

Esto es innovación pata negra.

Y ya que estamos, me gustaría destacar, sin menospreciar ni mucho menos al resto de participantes al evento, las palabras de Juan Luis Polo, Fundador y Director General Corporativo de Territorio Creativo, porque las comparto al 100% y las llevo defendiendo mucho tiempo: las personas son el principio y fin de las empresas. En este caso aplicado a la innovación. Pero ya lo dijo Peter Drucker: "la empres solo tiene dos funciones básicas: marketing e innovación". Aquí lo que (más o menos) dijo:


"la ejecución lo es todo en la innovación [...] detrás de la innovación hay PERSONAS y estas PERSONAS requieren del contexto adecuado [...] da motivos para que estén motivados".   
Juan Luis Polo, Territorio Creativo.

Porque sin las personas poco, por no decir nada, de lo que nos rodea tiene sentido. Porque la innovación es impacto y este impacto se logra gracias a las manos y cabezas de las personas. Así que, nunca olvidemos que innovación y personas van de la mano.

2 comentarios:

  1. Celso el post me parece genial, y el invento alucinante. A veces las cosas sencillas cambian la vida de muchas personas. Felicidades. Raúl Herrero.

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    1. Hola Raúl:

      Gracias por la visita y el comentario. Yo el día que escuché hablar de hipporoller, no pude resistirme a buscar más sobre él. Como dices, algo muy sencillo y con gran impacto. No se le puede pedir mucho más.

      Un saludo.

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