A raíz de un tuit compartido por @primadetiempo sobre un post de Albert GarciaPujadas (@qtorb) que recomiendo leer "Marketing en la economía colaborativa", me he decidido a darle alguna vuelta a este concepto del "co" que parece toma fuerza. Detrás de este concepto "co" no hay nada más que eso que ya se hacía en el neolítico, el trueque. Quizá un modelo de trueque algo más desarrollado, pero que en su concepto poco ha variado. Es dar algo a cambio de algo que se entiende tiene un valor, ese escurridizo concepto, similar.
Es una evolución del consumo tradicional (porque eso es lo que es para mí). Un paso desde intercambio de algo a cambio de dinero al algo por algo diferente al dinero. Un cambio auspiciado e impulsado por una situación económica complicada y que ha calado, y creo que va a hacerlo más, en las personas. Creo que uno de los motivos que han puesto en escena estos modelos es el cansancio que produce un sistema económico tradicional que parece resquebrajarse y en el que el individualismo reinante debe dejar hueco a los procesos en los que el "nosotros" sea más importante que el "yo" y donde un "modelo social" se sitúe por encima del "modelo puramente económico". Quizá un modelo de economía más humano.
Así vemos dentro de estas formas de economía colaborativa "bancos de tiempo", "couchsurfing", intercambio de idiomas, compartición de coches y taxis y bicicletas, "coworking", intercambio de casas, "crowdfunding", etc. Todas son formas "co" en las que el trueque o la colaboración es la base del funcionamiento. Y también hay alguna en la que participan directamente las empresas como los procesos de cocreación, como manera de fidelización, enganche emocional e intimidad con los clientes. Beneficios también para ambas partes en un modelo relacional comercial más cercano y con evidentes beneficios para ambas partes. Porque todo lo "co" es susceptible de ser utilizado por las empresas. No es diabólico, es natural e inteligente.
Parece que los modelos "co" se dan entre particulares y en muchos casos es así. Pero hay muchas posibilidades de negocio asociadas a ello. Porque las personas, cada uno de nosotros, nos convertimos en estos trueques en proveedores y/o compradores que debemos conectarnos de alguna manera para, unos darse a conocer y otros "adquirir".
Pero, ¿por qué ahora? Como he dicho, creo que la situación económica los ha ayudado. Ante la falta de dinero, qué mejor que compartir lo que tienes a cambio de algo. Pero también otros motivos permiten que ahora sea su momento:
1. Redes sociales. Las redes sociales han sido el impulso definitivo. No como tales o por su presencia pero sí han servido de caldo de formación para este proceso de descubrimiento de personas en la red.
2. Explosión del uso del móvil. Los dispositivos móviles permiten estar constantemente conectados, hasta límites a veces, insufribles, la verdad. Cada actividad que se hace se comparte en las redes.
3. La austeridad es inteligente. Lo has podido leer en otras entradas, si en esos, añorados por muchos, tiempos pasados el gastarse cuanto más mejor era signo de poderío, ahora esa misma actitud es casi vista como una ordinariedad y si me apuras, como estúpido. Al calor de ello, han crecido muchos modelos "low-cost" que han visto crecer sus beneficios y cuota de manera extraordinaria. No hace falta que ponga ningún ejemplo. Ahora mismo, se presume de lo que uno se ahorra.
4. El cliente es el centro de toda actividad. Las personas ya no consumimos lo que nos ofrecen, nos ofrecen lo que queremos consumir. La relación entre consumidores y empresas ha cambiado radicalmente. Y qué mejor que ser origen y fin de la actividad, das y recibes de manera consciente y "equilibrada".La explosión de internet, los móviles, la crisis y las redes sociales hace de estos modelos "co" un germen de posibles negocios, al menos sobre el papel. Modelos como "Couchsufing", "Airbnb", "Socialcar", "My Taxi", etc son modelos emergentes que apuntan maneras. El tiempo dirá...
Pero no todo va a ser de color de rosas. Hay dos cuestiones que creo fundamentales para lograr que los modelos "co" funcionen satisfactoriamente. Sin ellos, estarán abocados al fracaso más estrepitoso (y me la juego con esta declaración):
1. Confianza. Se necesita de una confianza muy elevada para incorporarte a estas formas de consumo. En este sentido, el proceso de participación en actividades "co" se me antojo lento. Cada paso que sigue al anterior, en general, intuyo se da despacio. Porque quizá somos desconfiados ante lo desconocido por naturaleza. Habrá pioneros, que siempre los hay, esos "early adopters", que disfrutarán de los albores de estos modelos sin inconveniente, es repetitivo en casi todo nuevo producto o servicio, pero los demás iremos después de que estos hayan validado que el sistema funciona y es fiable. Porque como he comentado, es una forma mucho más social de consumo y requiere de la confianza, base de las relaciones humanas.
Es la gran clave de estos modelos. Sin confianza, no habrá posibilidad. Modelos en los que las recomendaciones fiables adquieren una importancia capital, donde lo que los demás digan de ti sí importa. Quizá un reto adicional, lograr filtrar adecuadamente estas recomendaciones para que sean eso, recomendaciones y no brindis al sol intencionados, como puede ser ahora la compra de "followers" o "likes".
2. Tecnología. Sin duda parte del éxito se encontrará en conseguir plataformas sencillas, usables y rápidas, destacando las partes relevantes de las accesorias y donde los perfiles adquieran especial importancia. Al final, compartirás algo con alguien a quien "conocerás" por lo que diga de sí mismo y lo que los demás digan de él.
Para mí, la economía colaborativa abre un mundo de posibilidades que traerá muchos beneficios para empresas y personas.
Finalmente, dejo un enlace a la página "Consumo Colaborativo" donde podrás encontrar mucha más información sobre la definición detallada del concepto, proyectos relacionados y más, donde te darás cuenta de que esto del consumo colaborativo está mucho más desarrollado de lo que podías imaginar y no hay que perderlo de vista. Dará que hablar.
Si has tenido alguna experiencia relacionada, anímate a compartirla.
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