Recuerdo los tiempos del Colegio Mayor y que cuando pedía una Coca-Cola, comenzaba el ritual: ¿Bote o botella? ¿Light o normal? ¿Con hielo o sin hielo? Era quizá el mantra que más veces se oía en la cafetería y que con el tiempo se había convertido en casi un himno que todos los que por ese Colegio pasamos, repetíamos y recordamos viniendo a la cabeza la voz ronca de Andrés.
Leía esta semana una noticia originalmente publicada en el Financial Times (requiere registro) en la que se anunciaba la compra por parte de Coca-Cola de un 10% de la compañía Green Mountain Coffe Roaster, especializada en la producción de café en cápsulas y de la que posteriormente se han ido haciendo eco el resto de diarios, en el caso de España, El Mundo, El País, Expansión, ABC, Cinco Días y otros muchos. En alguno de estos periódicos hablan de un nuevo producto. Yo creo que se quedan muy cortos. Se trata de un nuevo modelo de negocio, por todas las implicaciones que tiene.
Si bien es cierto que aún no se conoce el detalle, lo que es seguro es que se necesitarán máquinas especiales, similares a las que preparan café en cápsulas. Se necesitarán, y ya los tienen, acuerdos y alianzas con empresas de cápsulas, lo que justifica la adquisición realizada. Son más que meras colaboraciones para pasar a convertirse en socios estratégicos clave . ¿Qué pretenden? ¿Acercarse al consumidor? ¿Ganar cuota? ¿Encontrar nuevos nichos? ¿Facilitar la accesibilidad al producto? No está declarado pero seguro que pronto sabremos la razón que esgrimen. La empresa prevé que en 2015 este nuevo formato estará ya disponible.
Sea como fuere, lo que es evidente es la aparición de un claro potencial nuevo modelo de negocio. Una nueva distribución que tendrán que definir, posiblemente algunos canales se mantendrán pero otros habrá que crearlos o quizá adaptarlos, naciendo un nuevo océano que explorar en el mundo de los refrescos. Se seguirán vendiendo botes y botellas, con seguridad, y me imagino un universo Coca-Cola con máquinas expendedoras donde adquirir las cápsulas sin necesidad de ir a un supermercado; o tiendas al estilo Nespresso donde podrás encontrar los sabores más novedosos y donde Coca-Cola podrá testar el interés que despiertan; o autoservicios... un mundo de posibilidades que seguro sabrá aprovechar.
En el campo de la hostelería ya había más formatos además del bote o botella, como los surtidores de Coca-Cola, que en mi opinión, están muy poco logrados, pero que tienen su público. Pero este salto al encapsulado es de un gran calado... o podría serlo.
Un problema que puedo ver a esta idea es el sabor de la Coca-Cola y que de momento no sé como lo resolverán es el cambio de sabor, aunque alguna solución, al menos potencial se me ocurre :). Sabemos que la fórmula de la Coca-Cola es universal y secreta y que el mayor porcentaje de la composición de las bebidas gaseosas es agua. Pero el sabor es único en todo el mundo o al menos con matices muy pequeños, porque aseguran en la compañía que el proceso al que someten al agua elimina las posibles diferencias. No sé cual es ese proceso al que someten al agua, una ósmosis u otro tipo de "purificación", pero a nivel doméstico o a menor escala podría ser una incomodidad o un gasto que podría dificultar su uso. O vete a saber, cada uno con su agua y Coca-Cola con la de todos.
Un interesante movimiento de Coca-Cola con implicaciones profundas en su modelo negocio, o mejor dicho, con gran potencial para generar un nuevo modelo de negocio que podría implicar modificaciones importantes en las alianzas que ya ha empezado a tejer, en la propuesta de valor, en el flujo de ingresos, en los canales, en los costes y en los recursos. Toda una revolución quizá al nivel de la musa que le inspira, Nespresso y sus cápsulas para el café. Desde luego, recursos y experiencia más que sobrada a Coca-Cola no de le deberían faltar para hacerlo muy bien. Veamos cómo evoluciona.
Ya me imagino al bueno de Andrés, allá donde esté: "¿bote, botella o cápsula?" In memoriam.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario. No existe moderación alguna, por lo que todo comentario será un regalo. No obstante, si el contenido del mismo resulta ofensivo o carece de vinculación con las entradas, me reservo el derecho de eliminarlo.