Para ponernos en situación, hay que comenzar diciendo que la situación actual y que se vienen arrastrando desde hace unos años, no es muy satisfactoria, a la vista de las permanentes quejas provenientes del sector. Quejas que vienen, con frecuencia, asociadas a la piratería (ya sea en formato físico o en streaming vía enlaces) o a la subida de impuestos en sus actividades. Probablemente, algo de razón, y solo algo, pueda haber en ello y sea parte del problema, pero no, desde mi punto de vista el motivo fundamental.
Buceando en los datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en concreto en el "Anuario de Estadísticas Culturales de 2012", Sección "Cine y Vídeo" (páginas 315 a 322), se ve como efectivamente la recaudación entre 2007 y 2011 ha descendido de manera continua (con una extraño incremento en 2009) en 7,9 millones de euros (un 1,22%), mientras que en número de espectadores el descenso fue de 18,6 millones (15,9%). Interesante.
Otro dato que se puede extraer del propio anuario es que la recaudación media por película exhibida (con la maldición de la media metida, ciertamente) ha aumentado respecto a 2006, aunque en 2011 resultó inferior a 2009. Salvo malentendido por mi parte, estos números son recaudación en taquilla y por tanto, no contemplan ingresos adicionales derivados de las palomitas, bebidas o consumos varios, suculenta fuente de ingresos con seguridad para aquellos cines que dispongan de ello (esto es subjetivo, no un dato).
Algún dato más. El número de empresas productoras y distribuidoras ha crecido desde 2007, en ambos casos, entorno al 15%. Por su parte, el número de cines descendió de 2007 a 2009 en 56 locales (un 6,17%) para volver a crecer entre 2009 y 2011 en 25, habiéndose cerrado el período con una pérdida neta de 31 salas. En cuanto a las salas de exhibición, éstas han sufrido un descenso sostenido en el período de 252 (un 5,86%).
En definitiva, que la situación no es la mejor, pero hay datos cuanto menos curiosos. Cada uno saque sus conclusiones.
Lo que desde luego es también un dato es que la reciente "Fiesta del Cine" que tuvo lugar entre los días 21 y 23 de octubre, por la que las entradas al cine se vendieron a 2,90 € fue un éxito. Se manejan cifras finales de un incremento del 663% respecto del mismo período de la semana previa. Pero no solo se incrementó el número de espectadores, sino, y muy a pesar del bajo precio, la recaudación: un 330%.
Si algo quedó claro es que demanda del cine es extremadamente elástica respecto al precio. Y voy a decir más, a los ojos del consumidor que es el que paga y lo sostiene, el cine es caro o al menos así se percibe. Y en estos temas como en el amor, las sensaciones son fundamentales. Y eso es otro hecho. Al igual que lo es, y es un gran dato, que hay ganas de cine.
No dudo que la "Fiesta del Cine" tuvo un carácter promocional, puntual, de marcado carácter escaso y limitado en el tiempo que ha propiciado la masiva afluencia de público. Pero como experimento para sacar conclusiones útiles y pensar, a mí me parce revelador. Y quizá la industria del cine en su conjunto debería verlo como tal. Quizá reducir márgenes quien corresponda, quizá inventar nuevas fórmulas de distribución, quizá nuevas formas de ingresos al margen del propio cine, servicios que puedan facilitar al cliente el ir al cine... porque yo no quiero que los cines físicos desaparezcan. Hay sitio y mucho para ellos y son perfectamente compatibles con las nuevas propuestas que el consumidor y de forma legal puede consumir vía streaming. Pero no tal y como hoy lo conocemos.
Hay quien clama que el precio de 2,90 € por entrada no es sostenible. De acuerdo. Viendo como se distribuye actualmente el precio de una entrada entre los diferentes actores, me lo creo. Pero tampoco es sostenible para el espectador al precio y servicio actual, y si no véanse los datos de espectadores en salas en la actualidad.
La cuestión no es empecinarse mantener y perpetuar modelos que claramente van en contra de las necesidades y preocupaciones de los usuarios, sino buscar nuevos caminos para hacer el negocio rentable. ¿Para todos? Quizá no para todos y algún escalón sea sustituible, reemplazable, mejorable o diferente o incluso eliminable. De eso va en parte innovar. La tecnología proporciona muchas alternativas, la creatividad nuevos puntos de vista y hay que perderse en más de una ocasión, para encontrar la dirección adecuada. Ya, pero eso cuesta dinero. Sí y mucho más cerrar el negocio. El inmovilismo y pretender hacerse fuerte en posiciones sin sentido, desde luego no son la solución.
Así que, esto no va de luchar los unos contra los otros, sino de encontrar salidas que a todos satisfagan sin olvidarse que lo importante de todo esto, es el cliente.
Para rematar, un par de enlaces que me parecen interesantes. Con algunos estoy muy de acuerdo, otros, simplemente dan una visión diferente del tema. Debatir es muy sano, pero más lo es buscar soluciones y hacer... y esa pelota está en manos de quien está:
1. "El éxito de la Fiesta del Cine y la elasticidad al precio de la demanda", en el blog de Enrique Dans (@edans en Twitter).
2. "¿Qué queremos? ¡Cine barato! ¿Y cuándo lo queremos? ¡Ahora!", artículo de Abel Fernández (@abelfernandezg en Twitter) en Sintetia (@sintetia en Twitter), con un debate en el que participé y que ha sido el germen de esta entrada.
3. "No es oro todo lo que reluce en la Fiesta del Cine", artículo de Público.es.
4. El sector, ante la Fiesta del Cine: <<Distribuidores y exhibidores, sacad conclusiones y actuad>>, artículo del ABC con reacciones de redes sociales de algunos agentes del sector.
Os animo a participar en el debate...
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