Me gustaría que mi empresa se pareciera a una banda de R&R. Sí, y seguro que a ti también la tuya. No me he vuelto loco, ni me encuentro en este momento en una especie de viaje extrasensorial. Todo tiene su explicación. Hace un par de semanas terminé el libro "ROCKvolución empresarial" escrito por el polifacético Salva López, también conocido como Viajero Sónico en Twitter. En él, de una forma muy fresca y amena pone en paralelo al mundo del R&R y al mundo empresarial. Y, solo puedo decir... ¡hay mucho que aprender de los músicos!
Me gustaría que las empresas se parecieran a las bandas de R&R porque:
- Los músicos no tienen clientes, tienen fans. Son algo más que personas a las que les gusta lo que haces. Son capaces de seguir la gira de un grupo o músico, SU grupo o SU músico, allá por donde van. Compran todo lo que está relacionado con él. Claramente, como comentaba en alguna otra entrada, la experiencia de cliente, sobrepasa cualquier dimensión tradicional. No es memorable, es imborrable y los fans se convierten en sus embajadores. Llevado a la empresa, los mejores comerciales de tu marca. ¿Hay algo mejor que esto para una empresa? Tu negocio convertido en una relación C2C (Cliente-Cliente) en el que son tus consumidores los que hacen el trabajo de marketing. Es cierto que existen ejemplos similares, pocos en los que la relación con las marcas es un estilo de vida. Abusando de clásicos, Harley Davidson. La única marca que conozco por la que un "cliente" se tatúa el nombre como un marinero eso de "Amor de Madre".
- Utilizan la innovación para diferenciarse. Todos conocemos como Michael Jackson, revolucionó la industria de la música con la introducción del videoclip, ese irrepetible "Thriller". Sin duda, una innovación que sería adoptada por todos los grupos hasta la actualidad y sin la cual, al menos yo, no concibo las promociones musicales. Y qué decir, como, el mismo Jacko fue en cada videoclip que rodaba, incorporando las últimas tecnologías. Memorable su "Black or White" con la mezcla de caras, conviertiéndose en tigre... en fin.
- Cuenta Salva en su libro, como en algunos grupos el protagonismo y la coordinación se cede entre los componentes ocasional o periódicamente. Y no solo en los ensayos, sino también en los conciertos. De este modo, todos tienen su momento para brillar. Así logran una implicación brutal en el proceso de creación. Para mí, eso viene siendo parecido al "empowerment" del que tanto se habla en la gestión de personas. El ponerse a liderar un proyecto (una actuación, un ensayo) permite entender muchos porqués del día a día: la dificultad de coordinar personas, de llegar a acuerdos, de negociar soluciones, de recibir críticas a tus ideas, de ser el centro de atención. Es un ejercicio de democracia sanísimo. Es muy diferente ver a otros torear, que ponerse delante del toro. Me entendéis.
- Ponen entusiasmo y disfrutan con lo que hacen. Y eso se nota. Si en las empresas trabajáramos con las ganas que lo hacen los músicos, con su tesón a pesar de las dificultades (que no todos son Bruces o Madonnas), estoy seguro que todo sería más sencillo. O al menos lo disfrutaríamos más, con independencia del resultado (que seguramente también sería mejor).
- Los músicos ponen a sus fans como principio y fin de su trabajo. Son extremadamente "customer centric". Un ejemplo a seguir en este sentido. Últimamente, también he visto con mayor profusión (quizá es que me fijado más a raíz del libro) como se está volviendo más habitual implicar a los consumidores o usuarios en la toma de decisiones. Lo vemos en discos o conciertos en los que los fans tienen la facultad de votar y con sus votos decidir temas que formarán parte del repertorio. Hasta la televisión ha llegado. Se ha hecho en los últimos años en Eurovision y cada vez más en los "reality show", donde esta manera de actuar, genera fidelización, engagement o como queráis llamarlo. Si las empresas lograsen esta involucración de sus potenciales o reales consumidores/clientes, sus resultados serían muy diferentes. No es más que abrir bien los oídos para hacer precisamente aquello que el que nos compra quiere. Garantía de éxito. Creo que esta forma de actuar, no obstante, sí que está mucho más interiorizada por la empresas, sobre todo desde que el uso de las redes sociales está totalmente generalizado. Las empresas han entendido las ventajas y se han puesto a trabajar en ello.
- Los músicos no venden música, sino experiencias. En la entrada anterior, algo hablé sobre este asunto. ¿Quién no recuerda algún concierto por habérselo pasado en grande? Pasárselo en grande no es nada en particular pero lo es todo. Es el recuerdo que queda de una experiencia única. ¿y si con nuestros productos o servicios fuéramos capaces de ofrecer esto mismo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja aquí tu comentario. No existe moderación alguna, por lo que todo comentario será un regalo. No obstante, si el contenido del mismo resulta ofensivo o carece de vinculación con las entradas, me reservo el derecho de eliminarlo.