23 junio 2013

Beneficios de decir "no"

En el mundo empresarial y en la gestión de proyectos, como en la vida, a menudo nos debemos enfrentar a la toma de decisiones. Muchas de las decisiones, se resumen en respuestas binarias tipo "Sí/No". Lo cierto es que un "sí" suele ser una respuesta fácil, muy habitual y además, en general, agradable y que no genera conflictos, al menos en el momento. Sin embargo, si algo he aprendido con el tiempo es que los "noes", no solo son necesarios sino también recomendables.

Cuando me enfrento a este tipo de situaciones en las que "no" debe ser la respuesta, recuerdo una clase de Pascual Montañés en el MBA, sobre quien me habréis leído escribir en otras ocasiones, en la que daba las claves para decir "no", a través de las palabras de Luis Valls Taberner, el que fuera co-presidente del Banco Popular: "El 'no' debe ser amable, rápido y personal":
- Amable, porque un "no" es una afrenta ante una petición, de manera que la amabilidad, suaviza  la respuesta.
- Rápido, para evitar la generación de expectativas innecesarias.
- Personal, para dar al interesado la importancia que exige una petición. 
Además, añadía el profesor que convencer a alguien de un "no" como respuesta, es imposible por definición, si bien conviene  justificarlo sin buscar nunca convencer. Muchas veces, cuando damos un "no" por respuesta, caemos en la costumbre de dar una retahíla de justificaciones, que desde luego no aplicamos cuando la respuesta es afirmativa.

Yo me atrevo a añadir, que debe ser oportuno. Oportuno en tiempo, porque quizá la rapidez es una excelente característica, pero no siempre el "no" ha de ser inmediato porque la circunstancia, el ambiente o el momento lo desaconseje, aunque desde luego no demorarse. Y oportuno en forma, de modo que se dé la importancia adecuada a ese "no". Hay que recordar que los "noes" pican.

Pero, más allá de la manera de decir "no", sobre lo que hay mucho escrito (¡asertividad al poder!), yo quería centrarme en las ventajas de hacerlo. Por supuesto, no como "forma de vida" ni como declaración de principios, porque sería también contraproducente, pero sí como sana manera de afrontar la gestión profesional y personal. 

Aquí están las ventajas que yo creo tiene saber decir que "no" a tiempo:

1. Un "no" abre nuevas alternativas y caminos. Decir "sí" sin cuestionarse la hipótesis, la propuesta o el planteamiento cierra otras posibilidades que quedarán sin explorar. A menudo un "no" es la llave para abrir otras puertas.
2. Un "no" a tiempo evita numerosos problemas posteriores. Los "síes" a veces son la respuesta del miedo al rechazo, a evitar ir contracorriente o a la complacencia del de enfrente. Pero a la larga (y a la corta), son malas razones para responder afirmativamente.
3. Un "no" marca distancia y fija límites. Se ve a diario cuando cedemos a alargar injustificadamente las jornadas de trabajo, aceptamos trabajos que sabemos no interesan, damos la razón a los clientes siempre (¡no siempre la tienen!), cedemos a los chantajes emocionales de los niños, etc. Son muestras respuestas afirmativas, ya sea por omisión (es una manera de no decir "no", y por tanto de decir "sí") o por otros motivos, que pueden crear malos hábitos y expectativas no deseadas.
4. Un "no" fortalece autoestima. ¿No te ha pasado en alguna ocasión decir un "sí" como respuesta a un sentimiento de culpa? La culpabilidad es un cáncer emocional (Xiana dixit). A mí me gusta más hablar de responsabilidad, con la que cada uno de nosotros asumimos nuestro papel, frente a la culpa que parece que cae siempre indiscriminada e injustamente sobre nosotros. Lo decía mi abuela: "la culpa es soltera".
5. Un "no" dice mucho más sobre tí que un "sí". Quizá porque estamos menos habituados a escucharlo y decirlo, pero un "no", como comentaba antes, pone límites y marca distancia. Es una potente arma de "marca personal", siempre que no sea un hábito.
6. Un "no" da libertad. Dar respuestas afirmativas constantemente es una condena a una cadena perpetua de seguimiento de a la masa y al "status quo". Porque a todos nos gusta caer bien, sentirnos parte de algo y cuando dices "no", destacas, para bien o para mal, te enfrentas y llevas la contraria. O al menos es así como se suele ver. El "no" te da la oportunidad de decir muchas veces "sí" de manera consciente y absolutamente libre.
 7. Un "no" fija prioridades. Cuando decimos "no", en realidad decimos "sí" a otras alternativas o posibilidades. Es puro coste de oportunidad. Es exactamente lo mismo que cuando articulamos, con mucha más facilidad, un "sí", pero sin embargo, peor visto.
8.  Un "no" proporciona coherencia entre lo que piensas, haces y dices. Porque cuando dices "sí" cuando en realidad quieres decir "no", o cuando decimos pero no actuamos en consecuencia, nos hacemos un flaco favor y se producen las divergencias entre palabras y hechos.
Parece sencillo pero no lo es o a mí no me lo parece. Yo siempre he pecado de "síismo" pero trabajo en cambiarlo. De hecho, en los últimos años, he conseguido articular importantes "noes" a nivel profesional y personal, que fortalecen mi creencia en la importancia de saber decir "no". Lamentablemente es algo que no nos enseñan y que tardamos en aprender a base golpes y sobre todo, tardamos en interiorizar. Pero es, sin duda, importante, recomendable y a la larga, nos traerá beneficios. Así, que... ¡a practicar!

¿Ves alguna ventaja más? ¿Y desventajas?

4 comentarios:

  1. Celso Masid, acuda a recepción, Celso Masid...

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    1. He acudido y no había nadie... una pena, porque estoy seguro que habría sido un placer habernos visto (de nuevo, intuyo) :)

      Espero que vuelves por aquí, amigo "anónimo".

      Saludos.

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  2. Me gusta la reflexión. Yo soy siista por definición y nacimiento, pero no por convicción. El problema del siismo es que forma parte de la personalidad y por tanto está muy grabado a fuego dentro de la mente y es muy difícil de cambiar. Hay que hacerlo de forma consciente y aún así... también trabajo en ello.

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    1. Hola Iratxo,

      ¡Qué alegría verte por el blog! Bienvenido y gracias por el comentario.

      Sí, es cierto que es difícil quitarse de encima el "síismo". Pero hay que intentarlo porque la recompensa es grande. Requiere de perseverancia y como dices, de enfrentarse conscientemente, saber detectar los momentos en los que solemos caer en el "síismo" para estar alerta y evitarlo.

      Así que seguiremos trabajando en ello.

      Un abrazo.

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