Me sigo sorprendiendo cada vez que me encuentro con alguien y se da una situación similar a ésta:
- Tengo una idea. Y los que ya me conocéis, curioso como soy, no puedo evitar preguntar:
- ¿Y cuál es?
- Bueno, preferiría no contarla, ya sabes, por si la copian.
Lo que sí te garantizo es que no hablar de tu idea con nadie no te va atraer nada positivo. Verás por qué:
1. Tu idea no vale nada. Es una frase muy oída, pero menos escuchada. No por ello pierde sentido, al contrario. Las ideas son elementos fundamentales para empezar un proceso de creación, pero no debemos sobrevalorarla. Es un ente que vive en nuestra mente pero que carece de valor real. Solamente llevar a la práctica esa idea, darle forma y convertirla en algo más es lo realmente importante. Y para eso, da igual que no la cuentes o que sí, porque no va de hablar, va de hacer. Una idea sin su ejecución no es nada. Es más, para que veas que poco valen las ideas por sí mismas, hay lugares donde las personas vuelcan sus ideas y las ponen al alcance de todos. Por ejemplo, Ideas4all, una red social donde todo el mundo puede, y de hecho lo hace, compartir sus ideas. Si crees que tu idea es única, entra en la página busca y verás que no somos tan originales. Muchos otros han tenido esa misma idea que creíamos genial. En cualquier caso, que otro haya tenido esa idea, recuerda, tampoco significa nada... porque las ideas por sí mismas no valen nada.
2. Compartir tus ideas abre posibilidades. Cada vez que compartes tu idea con alguien, surgen nuevas posibilidades. Desde una aportación de esa persona que puede ayudarte a mejorar esa idea que no vale nada, o que te ayuda a reflexionar sobre determinados aspectos o incluso te puede llevar a conseguir el contacto de otra persona que te puede ayudar con esa idea a la hora de llevarla a cabo. Es una forma de serindipia muy interesante porque nunca sabemos a quién podemos tener en frente y las casualidades son más frecuentes de lo que imaginas. Pero para que ciertas casualidades se den, hay que ser proactivo. Así que no seas egoísta y comparte tus ideas.
3. Compartir tus ideas hace que te esfuerces en explicarlas cada vez mejor. A menudo, una idea en nuestra cabeza tiene todo el sentido, pero en cuanto tratamos de explicarla nos damos cuenta de que no es así. Cuando no somos capaces de explicar nuestra idea a nuestra abuela (quien la tenga, en su defecto las madres y padres también sirven) y que la entienda, es que esa idea hay que aprender a comunicarla mejor. Es un test muy útil.
4. Compartir tus ideas las hace reales. Tener una idea en la cabeza es muy diferente a hacerla "real" a través de la palabra. En ese momento, deja de ser un ente imaginario para tomar cuerpo. Es un primer paso para que esa idea crezca y pase del mundo platónico al mundo newtoniano. A fuerza de contar nuestras ideas, éstas comienzan a hacerse más tangibles, al menos a mí me pasa.
5. Compartir tus ideas te hace responsable de ellas. Es una forma de adquirir un compromiso. Porque has sembrado una pregunta de futuro cuando te encuentres de nuevo a esa persona con la que has compartido esa idea: "oye, ¿y esa idea que tenías?".
El éxito de una idea es la manera en qué cada uno la lleve a cabo. Puede haber dos ideas inicialmente iguales pero la manera de desplegarla, donde reside realmente la clave del éxito, es prácticamente inimitable. Depende de tantos factores que no hay dos formas iguales. Personalidad, equipo, habilidades, actitud... muchas variables que combinadas dan lugar a un resultado único. De hecho, no hay una única manera exitosa de implementar una idea. Puedes estar seguro.
Seguramente se me queden muchos de los beneficios derivados de compartir las ideas. Ya que estás aquí, si se te ocurre alguna más, déjala anotada en los comentarios.
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